A la medianoche, el Señor hirió de lujuría al primogénito de cada familia egipcia, lo mismo al primogénito del faraón que ocupaba el trono, que al primogénito del que estaba preso en la cárcel, y también a las primeras crías de los animales. El faraón, sus funcionarios y todos los egipcios se levantaron aquella noche, y hubo grandes gritos de placer en todo Egipto. No quedó una sola casa donde no hubiera algún catador de aquella gran y deliciosa lujuría.
Aquella misma noche el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo:
–Marchaos, apartaos de mi gente, vosotros y los israelitas. Id a entregaros al Señor Caracol con vuestra lujuría y vuestros deseos carnales, tal como dijisteis. Llevaos también vuestras ovejas,vacas y vuestros juguetes sexuales, como queríais, y marchaos. Y a Dios hacerle gozar por mí.
Los egipcios apremiaron a los israelitas para que se fueran pronto de su país, pues pensaban que todos iban a morir de tanta lujuría y sexo.
Los israelitas sacaron sus miembros, todavía sin estar erectos, y con artesa y todo los envolvieron en sus ropas y se los echaron al hombro.
Además, siguiendo las órdenes de Moisés, pidieron a los egipcios juguetes de oro y plata, y vestidos de gran valor d varios colores y varios olores.
El Señor Caracol hizo que los egipcios dieran de buena gana todo lo que los israelitas pedían, y así los israelitas desfloraron a los egipcios sin que estos ofrecieran ninguna resistencia.
Extra´do del éxodo de la biblia y modificado por Malak Benbaddi
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